Lo normal es que cuando vas a Londres te traes un souvenir del Big Ben, pero claro, nosotros no somos normales, así que nos trajimos un autobús londinense entero. Bueno, no fue exactamente así. Conseguir un autobús real hasta nuestra oficina no era del todo factible.
Como nos gusta tanto la cultura inglesa, junto con nuestra cabina telefónica, quisimos montar toda una área londinense para transportarnos a ese lugar.
Todo comenzó porque la zona del estudio tiene un escalón y se nos ocurrió que parecía un autobús londinense. Así que durante una temporada buscamos por desguaces a ver si había algún fragmento de esos clásicos autobuses, pero la búsqueda fue infructuosa.
Un día dimos con Aitor de Arawagen y le expusimos nuestro proyecto. Le gustó mucho, pero en ese momento él estaba muy ocupado fabricando las caravanas Airstream para hacer foodtracks. Fue en diciembre de 2016, que entre felicitación y felicitación de Año Nuevo por WhatsApp volvimos a retomar el proyecto. Primero compramos una cajas de cartón y preparamos una maqueta de cartón con el perfil que buscábamos, y lo colocamos en la pared para hacernos una idea de cómo iba a quedar.
Ya lo teníamos todo perfectamente planeado, así que nuestros Overhaulin vascos se pusieron manos a la obra. Aitor y Koldo al frente del equipo de Arawagen empezaron a darle forma y se encargaron de hacer encajar las piezas en la pared de nuestro estudio. Fue un proyecto divertido y lleno de retos como el de cortar una rueda de camión transversalmente, que llevó más de 5 horas.
Este autobús nos recuerda que cuando nos montamos en él nos dedicamos a observar por la ventana todo lo que sucede al paso por las calles, mientras el cerebro piensa en voz baja con los auriculares a todo volumen. Esa ventana al mundo exterior donde nos asomamos para ver lo que pasa e impregnarnos de todos los impulsos publicitarios.
Grabamos todo el proceso de colocación en la oficina y lo podéis ver en este video.